Historia Elemental, Libro de Sham: Prólogo escrito por la Señora del Fuego.

El fuego es un elemento complejo puedes verlo y sentirlo, puedes incluso tocarlo, pues tiene tacto. Un tacto que hiere, te abrasa la piel y te deja una marca perpetua si eres lo suficientemente estúpido como para seguir tocándolo. El fuego no se puede domar, los humanos creéis que lo habéis hecho solo porque lo metéis en un espacio pequeño y lo utilizáis para vuestros fines. Pero no está domado, el fuego aguarda a que te despistes, a que quites la vista un solo momento para atacar, devorar todo lo que encuentre a su paso. Ciertamente es posible detenerlo si se coge a tiempo pero eso no quiere decir que lo hallas domesticado. En cuanto vuelvas a prender una llama esta podría atacarte.

Nunca pierdas de vista al fuego pues cuando lo hagas podría ser tu ultima vez. Mucha gente que me conoce lo sabe muy bien.

Las Elementales tienen múltiples opiniones sobre el Fuego, sobre mi, pero no son importantes. Los humanos también tenéis opinión pero es todavía menos importante. ¿Que si odio a mis hermanas? ¿Que si odio a los humanos? No, simplemente odio todo. Todo salvo pequeñas excepciones que en caso de cabrearme podrán salir menos afectadas que el resto. El odio es parte de mi, no soy una criatura cariñosa, no soy tierna ni soy cálida, al menos no en un sentido que guste a las personas normales. No me gusta la gente, no me gusta la sociedad y no me gusta el protocolo. Todo eso no son más que falsedad e hipocresía, es despreciable Tan despreciable como necesario por desgracia. No me gustan los animales, tampoco las plantas y mucho menos los insectos; todos son molestos, entorpecen el camino, huelen mal y molestan, son un engorro y tampoco se me da bien cuidarlos. No se me da bien cuidar nada, al parecer ni a mi misma. Creía que podía cuidar de alguien, creía que podría proteger a Amy. Cuanto me equivoqué, cuanto, cuanto, lo he lamentado todo este tiempo. Pero ahora estás viviendo lo que pasó antes de eso, lo que pasó cuando ninguna sabía que nos deparaba el futuro con exactitud, ni siquiera Amy. Estás conociendo una gran historia, una historia ocultada durante siglos a los ojos y oídos humanos y de muchas criaturas sobrenaturales. El Agua, mi hermana, está dando a conocer una historia trágica, una historia llena de sentimientos que incumben a muchas personas. Y vas a saber de primera mano qué pasó exactamente.

El Fuego es odio, dicen unos. El Fuego es pasión, dicen otros. El Fuego soy yo, Shamanta. ¿Quién va a saber mejor que yo quien soy? Yo odio, cierto y tengo pasión, por supuesto. El problema que tiene la gente conmigo es que pongo la pasión en cosas que al parecer no debería. Por supuesto a parte de odiar tengo otros sentimientos solo que están adormecidos por las cálidas llamas de mi ser. Pero se divertirme y hay cosas que me gustan ¿a quién no le gusta ver arder un bosque hasta la última rama?  ¿Acaso eso no es divertido? ¿Quién decide lo que es divertido y lo que no? ¿Quién decide lo que está bien y mal y por qué? Tú. Tú decides que quieres, que te gusta y que te divierte. Tu decides lo que está bien y lo que está mal. Después el protocolo cambia esa opinión para el bien común.

Te diré un secreto. Un secreto que poca gente conoce: el Fuego ama, solo que lo hace a su manera. ¿Verdad, Amy?

Comencemos pues con la historia de Sham.
FFDD: Shamanta, Señora del Fuego.