viernes, 8 de marzo de 2013

Despierto.


Cuando desperté pensé que todo había sido una horrible pesadilla pero enseguida me di cuenta de que no era así. Yo no me encontraba en mi piso sino en una habitación blanca y amplia sin decoración. Entonces me fijé en una figura junto a la cama y la llamé. Mamá
Pero solo fue un pensamiento pues no logré sacar nada de mis labios, intenté alzarme para volver a casa con mi madre pero no pude moverme. Pronto me di cuenta de que no podía hacer nada salvo mirar. Me percaté entonces de que mamá estaba llorando, y mucho. Tenia los ojos rojos e hinchados y la cara surcada por lagrimas. Era extraño, en veinticinco años no recuerdo haberla visto llorar nunca, ni siquiera cuando murió la abuela, pero ahora… parecía llorar por todas las veces que no lo había hecho. ¿Por qué?
Entonces me di cuenta de que podía oír. Se oía un continuo y agudo pitido cada pocos segundos por toda la habitación.
Y supe porque mamá lloraba. Y supe que no había sido un sueño. Estoy en coma. Ese pitido fue todo lo que pude oír junto con los lamentos y sollozos de mi madre durante un tiempo que se me hizo infinito. Hasta que alguien entró en mi campo de visión; vestía una bata blanca, di por echo que seria un médico. Estaba hablando con mi madre y me obligué a escuchar.
Efectivamente estaba en coma, por culpa del estúpido accidente de tráfico. También dijo que no era seguro que me recuperara, pero ella insistió en que lo haría. Es fuerte, dijo, saldrá de esta. Lo sé.
El doctor salió y volvimos a quedarnos solos. Llegó la noche y mi madre bajó mis párpados.
No me quedó más remedio que pensar. Recordé el accidente y las palabras de mi padre el dia que compré la moto. Ese bicho acabará por matarte, chico. Y yo no le hice caso. Nunca me gustó equivocarme pero esta ha sido la vez que más lo he odiado y lamentado. Los días pasaron, o eso me pareció al principio, después perdí la noción del tiempo.
Venia gente a verme a menudo. Mamá y papá eran los que más tiempo pasaba conmigo. Mis amigos también venían, al principio claro. Imagino que pasó mucho tiempo y se cansaron de verme ahí parado sin hacer nada y con la sensación de hablarle al vacío. Me contaban cosas; lo que me estaba perdiendo y me animaban a levantarme e irme con ellos los fines de semana. Yo respondía que si, que me dieran un rato para arreglarme, como hacia siempre. Pero solo yo lo oía. Ella también venia a veme, pero acabó por dejarlo. Dijo que no podía aguantarlo y que de todas formas yo nunca le hice mucho caso, que nunca la quise. Y tenia toda la razón, solo era mi chica cuando no había nada mejor que hacer. Analizando mi vida me di cuenta de que solo he sido un miserable. Nunca traté a nadie como merecía.
El tiempo siguió pasando, pero yo no lo notaba. Continué pensando en todo lo que había hecho mal, y me di cuenta de que no era poco. Decidí que cuando lograra recuperar mi cuerpo intentaría enmendar los errores pasados y evitar errores futuros.
Un día papá vino solo, para decirme que mamá no lo había superado, que había muerto.
Quise gritar, quise llorar, quise destrozarlo todo. Y solo fui capaz de lamentarlo interiormente. Ha sido por mi culpa. Eso era todo lo que pasó por mi cabeza durante mucho tiempo. Si no hubiera ido tan rápido, si hubiera respetado la lucecita roja… ahora estaría en casa con mis padres, o tal vez con mi chica o mis amigos tomando algo. Si hubiera esperado…
La vida seguía, pero yo no formaba parte de ella, solo la gente que me tenia que cuidar y mi padre hacían que formara parte de algo. De una vida que no era mía.
Pero mamá ya no estaba viva, y puede que yo dejara de estarlo algún dia. Deseché enseguida ese pensamiento. Intentaba olvidar esa posibilidad cuando el médico entró en el cuarto a hablar con mi padre. Cosas como cinto años y no despertará llegaron a mis oídos muertos. Pero hubo una palabra que se comió a las otras. Eutanasia. Un horrible pánico se adueñó de mi. ¡¡Estoy aquí, aquí, miradme!! Quise gritar, pero mis labios siguieron mudos. Mi cuerpo seguía sin reaccionar, los gritos resonaban en mi cabeza, pero logré oír la respuesta de mi padre: Me lo pensaré.
¿¡Pensar!? ¿¡Qué hay que pensar!? Soy tu hijo, gracias a ti estoy vivo. Tu, junto con mamá, me has dado la vida, me has cuidado, me has visto crecer. ¿De verdad vas a ser también la persona que me mate?!
Y volví a sentir miedo. Miedo a vivir como ahora, sin opción a nada salvo ver y oír. Miedo a morir, a desaparecer por completo. Una parte de mi decía que era lo justo, que mamá había muerto por la pena que le producía mi estado, y esa parte tenia razón. Durante todo el tiempo que estuvo viva y viniendo a verme pude observar como se iba deteriorando. Cada día más delgada y pálida, cada día más débil y con más ojeras por la falta de sueño.
Pero otra parte de mi no podía aceptar nada de eso. Mamá se había dejado morir porque había querido y yo no tenia nada que ver. No puedo hacer como ella. Viviré.
Claro que ahora eso es decisión de mi padre. Intenté con todas mis fuerzas hacerme oír, pero todo siguió igual, cualquiera que entrara veía un cadáver sobre la cama de hospital, pero el cadáver estaba gritando como no lo había hecho en treinta años. Y nadie lo oía. Incluso llegó un momento en el que yo tampoco escuchaba. Me debatí como nunca con las cadenas que me atrapaban en mi cabeza. Pero todo seguía igual.
Mi padre pasó días en la sala; mirándome y esperando una reacción por mi parte, supongo. Un día se fue y vino con los médicos. Nos dejaron a solas, mi padre me habló, pero yo no lo escuché. Solo me debatí para hacerme oír, para moverme, aunque solo fuera un poco. Me besó en la frente y yo callé. Dejé de luchar un momento y escuché a mi padre y asesino.
Lo siento, no puedo seguir así. Llevo mucho tiempo esperando una señal. Dile a tu madre… dile a tu madre que la quiero. Y que estoy seguro de que me esperareis. Dile que no espero que me entienda y que os echaré de menos. Ojalá lleguéis a perdonarme algún día. Os quiero.
Salió de la sala donde pasé al menos cinco años intentando hacerme oír para dar paso a los médicos que me liberarían.
Y me despedí de este mundo para reunirme con mi madre.
Ánge

2 comentarios:

  1. Esto es realmente triste OAO Yo no haría eso a mi hijo ;A; Es algo cruel, tú no decides sobre su vida >.>

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    1. Tu no, pero hay gente que si lo hace y no sabes si dentro del cuerpo la persona está consciente de todo. Hace unos años hubo un caso de un chico que le pasó esto, estaba en coma y no despertaba pero se enteraba de todo.

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